Álvaro comenzó a sentir inquietudes por el arte cuando tenía sólo 16 años. En esa época se relacionó bastante con el ex director del Museo de La Ligua, donde surgió la oportunidad para que, junto a varios amigos del sector, pudieran organizar algunas tocatas de rock en la comuna.

Fue así, como Álvaro años más tarde entró a la universidad, siendo el único alumno de la Escuela Industrial El Melón en poder ingresar. Para el artista, fue un momento decisivo de su vida y siguiendo los pasos de un amigo que estudiaba Dibujo Proyectista, optó por postular a esta carrera en la Facultad de Artes de la Universidad de Playa Ancha. Esta instancia le dio la oportunidad de vincularse con otros artistas, lo que fue gatillando su interés por la pintura, el color, el ritmo y principalmente las artes escénicas. Posterior a sus estudios universitarios, viajó a Mendoza, Argentina, donde estuvo un año experimentando y aprendiendo. Esto lo hizo volver con más ganas para seguir desarrollándose artísticamente. Respecto a esto, uno de sus mayores referentes es el poeta Jorge Teillier y su poesía lárica, en la cual retrata paisajes, formas y situaciones muy ligadas al cine. En ese sentido, el artista comenta que sus obras generalmente están inspiradas en las cosas abstractas que tienen que ver, más con los sentidos que con lo intelectual. “Para mi los sentidos son lo más importante, me interesa que las personas sientan sensaciones, que puedan disfrutar de una obra artística sin necesidad de buscarle algo que sea literal».

En relación con su proceso creativo, Álvaro comenta que siempre se basa en escuchar y observar. Explica que estas técnicas tienen mucho que ver con el sector de donde proviene, ya que, en la localidad de La Ligua, provincia de Petorca, hay una gran gama de músicos, sonidos y tradiciones que tienen que ver con el arte.  Además, considera que la zona donde vive, al estar alejada de las grandes ciudades no le ha permitido tener mucha relación con artistas de otros lugares del país.  Sin embargo, Álvaro comenta que los artistas de la provincia de Petorca siempre han estado limitados porque están en el “patio trasero” de la región de Valparaíso. No obstante, asegura que, de igual forma hay cosas positivas que se rescatan de la zona, ya que les ha entregado más información que tiene que ver con el norte y el norte chico. “No creo mucho que sea una limitante el no conocer otros sectores u otros grupos de trabajo. Creo que es un aporte vivir en un lugar que te entrega herramientas desde sus orígenes y tradiciones para enriquecerte como artista».

Actualmente Álvaro se dedica a crear residencias de arte colaborativas en distintas comunidades de Chile, ha trabajado con compañías de teatro y ha realizado exposiciones en distintos sectores, con el fin de mezclar la pintura con las artes visuales. Además, es fundador del Colectivo Chasky con quiénes ha trabajado del año 2010 a la fecha.